El Poder del Emprendimiento Latino

Mariela García y Eduardo Maldonado, retratados aquí con sus hijos —los gemelos Joel y Jonas, de 10 años, y su hija Luna, de 5 años— son propietarios de Maredu Photography en Fellsmere, Florida. En los últimos años, los emprendedores latinos han comenzado sus propios negocios a un ritmo acelerado.
El emprendimiento no fue una habilidad heredada por Mariela García de generaciones de antepasados empresarios. Sin embargo, en los pocos años desde que fundó Maredu Photography junto a su pareja, Eduardo Maldonado, ha descubierto en su negocio una fuente de libertad que ha sido tanto liberadora como rentable.
“Vi a mis papás trabajar duro y luchar cada año para que a mi hermana y a mí no nos faltara nada,” recuerda Mariela. “Cuando tuve a mis hijos, y luego cuando Eduardo llegó a mi vida, supe que quería algo mejor. Decidimos convertir mi pasión en algo real y ver hasta dónde llegaba. Hasta ahora, todo va saliendo bien.”

Eduardo Maldonado carga sobre sus hombros a los gemelos Joel y Jonas, de 10 años. El negocio de fotografía que comparte con su pareja, Mariela García, les ha brindado mayor seguridad financiera. “No quiero llamarlo estabilidad todavía porque no lo es,” dice Eduardo. “Es más bien una ‘inestabilidad administrada.’”
La historia de Mariela y Eduardo refleja una tendencia creciente en la comunidad latina: en la última década, los latinos han iniciado nuevos negocios a un ritmo notable. En 2023, el 36 % de los nuevos emprendimientos en Estados Unidos fueron fundados por personas hispanas, el doble de su proporción en la población general, según un análisis de datos del censo. Además, el 20 % de las personas encuestadas para el National Latino Family Report afirmó haber iniciado un nuevo negocio solo en 2024.
Estos negocios no solo brindan servicios esenciales en sus comunidades, sino que también representan una fuerza económica significativa. En 2022, las empresas propiedad de personas hispanas generaron 654 mil millones de dólares en ingresos.
Sin embargo, persisten barreras estructurales que dificultan el crecimiento de muchos emprendimientos latinos, como el acceso al financiamiento y la contratación o retención de talento. Un estudio de McKinsey, publicado en 2024, estima que un entorno más favorable para estos empresarios podría generar 1.2 billones de dólares adicionales en ingresos y entre 5 y 6 millones de empleos en las próximas décadas.
"Inestabilidad controlada"
Para Mariela y Eduardo, los beneficios del emprendimiento van más allá de lo creativo. Les ha ayudado a construir una vida mejor para su familia. Mariela es mamá de dos gemelos de 10 años, Joel y Jonas, y de su hija Luna, de 5 años.
Como muchas familias encuestadas, Mariela y Eduardo han trabajado arduamente para enfrentar el aumento del costo de vida en los últimos años. Criar hijos es cada vez más costoso en todo el país; en Florida, por ejemplo, el cuidado infantil de tiempo completo cuesta, en promedio, más del doble que la colegiatura estatal en la mayoría de las universidades.

Los gemelos Joel y Jonas, de 10 años, y Luna, de 5, descansan en un café hace algunos años. Eduardo y Mariela suelen motivar a sus hijos a convertirse en emprendedores. “Es sinceramente la mejor forma de avanzar,” dice Mariela. “Es muy gratificante sentirte orgulloso de lo que haces.”
Cuando no están editando fotos o preparando sesiones, Mariela trabaja como asistente médica en una clínica de podiatría y Eduardo administra el complejo de apartamentos donde viven. Ambos coinciden en que sus sueldos no han aumentado al ritmo de la inflación, pero su negocio secundario ha sido clave para cerrar esa brecha y superar varias crisis financieras. Les permite mantener a sus hijos bien alimentados—con una preferencia por opciones más saludables (y costosas), como huevos y frutas—y ya casi no tienen que preocuparse por sobregiros bancarios.
“Aún no lo llamaría ‘estabilidad’, porque no lo es, y no lo será por un par de años más,” dice Eduardo. “Es más como una ‘inestabilidad controlada’.” Mariela y Eduardo están dentro del 24% de familias latinas que dicen que su situación financiera ha mejorado en el último año.
Aun así, Mariela y Eduardo sienten incertidumbre sobre el futuro. Eduardo comenta que ya nota el impacto de los aranceles en su carrito de Amazon. Muchas familias latinas encuestadas comparten esa preocupación: solo el 28 % cree que las políticas económicas del gobierno federal beneficiarán sus finanzas, y apenas un 39 % se muestra optimista sobre su impacto en la economía general.
Sin embargo, hubo un fuerte respaldo a los programas de apoyo social, como las licencias médicas familiares pagadas o la expansión del Crédito Tributario por Ingreso del Trabajo (EITC, por sus siglas en inglés), ambos con efectos comprobados en la reducción de costos laborales y el impulso a las economías locales. Casi 9 de cada 10 personas encuestadas dijeron que apoyarían ampliar el EITC para otorgar $5,000 anuales por hijo, pagados trimestralmente.
Apoyar a Emprendedores Latinos
A medida que su negocio de fotografía de bodas y retratos ha crecido, Eduardo y Mariela han usado el reembolso anual de impuestos de Mariela para invertir en su empresa, comprando nuevo equipo y reemplazando el que ya estaba viejo. Tener esa cantidad en una sola entrega “de verdad nos ayudó a acelerar todo, gracias a Dios,” dice Eduardo.
Ellos creen que apoyos adicionales del gobierno y de instituciones privadas —y especialmente un mejor acceso al capital— serían de gran ayuda.

Los hijos de Mariela García —Joel y Jonas, de 10 años, y Luna, de 5— posan para un retrato durante la “hora dorada.” Mariela y su pareja, Eduardo Maldonado, son propietarios de Maredu Photography, un negocio de fotografía de retrato y bodas en Fellsmere, Florida.
En 2023, existía una brecha de $200 mil millones de dólares en préstamos entre los negocios propiedad de latinos y los negocios de personas blancas. Los dueños latinos son aprobados para préstamos con un 15% menos de frecuencia, y cuando sí se aprueban sus solicitudes, es más probable que reciban menos del monto solicitado.
Estudios también han señalado que las diferencias en educación o en el dominio del inglés pueden frenar el crecimiento de los negocios latinos, sobre todo cuando los dueños son inmigrantes o no hablan inglés con fluidez.
Cerrar esas brechas requerirá soluciones creativas y colaboración entre el sector privado, agencias gubernamentales y organizaciones sin fines de lucro. Pero hacerlo amplificaría aún más el impacto —ya significativo— de los emprendedores latinos en la economía de Estados Unidos. Becas específicas y apoyos financieros pueden brindar a futuros emprendedores las herramientas y conocimientos necesarios, mientras que las redes de apoyo locales facilitan el intercambio de experiencias y la navegación de procesos burocráticos como licencias y permisos.
Con Maredu Photography en crecimiento y sus hijos ya en la escuela, Mariela y Eduardo sueñan con un futuro donde su pasión sea también su fuente principal de ingresos. Calculan que en cinco a diez años podrían alcanzar ganancias anuales cercanas a los seis dígitos, lo que les permitiría dedicarse por completo a la fotografía. Mientras tanto, equilibran sus horarios como pueden y siembran en sus hijos el mismo espíritu emprendedor que ellos han aprendido a cultivar.
“Hablamos mucho con ellos del tema, y definitivamente les decimos: ‘Si algún día quieren empezar un negocio, de verdad es el mejor camino,’” dice Mariela. “‘Es muy gratificante sentirte orgulloso de lo que haces.’”